Las Guerras supusieron la expulsión definitiva del Imperio otomano de la península de los Balcanes salvo en el extremo oriental de Tracia, el establecimiento de fronteras casi definitivas que perduraron salvo breves intervalos durante las Guerras Mundiales y el nacimiento de Albania como Estado independiente. No resolvieron, sin embargo, las disputas territoriales entre los países balcánicos, manteniendo Bulgaria sus deseos de alcanzar las fronteras del Tratado de San Stefano y siendo los territorios de Macedonia, Tracia y Dobruja objeto de competencia.
Bulgaria sufrió importantes bajas en las dos guerras: 66 000 muertos y 110 000 heridos en una población de poco más de tres millones de habitantes.
La Salle Córdoba
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