España era un país económicamente atrasado teniendo como provincias industriales, sólo las del Norte, un país que tras la crisis del 98 y el posterior tratado con Alemania en 1899 se había quedado sin colonias, estaba moralmente destrozado, con el sistema de gobiernos del «turno» en crisis política, con un ejército que se encontraba anticuado, casi sin armada naval, y con el problema de Marruecos que desembocaron en crisis y huelgas como la Semana Trágica en 1909.